jueves, 4 de febrero de 2010

COSAS QUE NO FUNCIONAN

Aquí hay muchas cosas que no funcionan, funcionan al revés, o simplemente lo hacen con los apaños más ingeniosos e inverosímiles: un coche arreglado con unas medias de mujer; un ventilador con cinta adhesiva que no pega; una tubería con una lata de tomate; un ropero del que, después de armado, aparecen como por arte magia los tornillos sin usar; unas gafas con los cristales de otra pegados con La Gotita –aquí Super Glue– (esta ha sido mi más complicada obra de ingeniería, porque lo de unir los cables de la lavadora que las ratas se comieron fue bastante fácil con los plastiquitos que aún me quedaban en la caja de herramientas; caja que ahora gime vacía en el trastero suplicando por unas alcayatas)...
Cuando yo era pequeña solía personificar todos los objetos a mi alrededor y hablaba con ellos. Ahora son ellos los que tratan de volverme loca y hablan conmigo. El aparato de música, si trato de subir el volumen, va y me contesta que no, que no intente luchar con él, porque su botoncito es sólo para bajarlo, y si me enfado se pone a "0" y ya no hay forma de escuchar nada... El DVD prehistórico, que usamos para ver vídeos de música o alguna película suelta de vez en cuando, dice que no, que lo precaliente primero como en una buena sesión erótica, y si entro al trapo y me cabreo con los largos preliminares me manda a la mierda y entra en estado de catalepsia. Las baterías de los teléfonos móviles sencillamente se suicidan después de unos meses de convivencia. Y ahora le ha tocado el turno a la de la cámara de fotos.
Me da mucha rabia, porque teníamos una relación muy estrecha, siempre juntas a todas partes, y compartiendo ideas para adornar las anécdotas del blog o para promocionar algunos actos del Sunshine...
Ya habíamos tenido una crisis grave el año pasado, pero al menos en aquella ocasión me dio pequeños avisos y pude hacer que mi hermana me trajera una batería y un cargador nuevos. Esta vez no. Esta vez, sin discusiones previas, decidió dejarme en la estacada justo cuando teníamos la cita más importante de la semana: actuaba la Holy Family Band en el Sunshine el martes pasado. Estuvo muy bien, una noche muy divertida, y, puesto que de momento van a seguir con nosotros todos los martes y sábados, las fotos me hubieran venido muy bien para nuestra página del Facebook. Pero no, ella ha decidido unilateral y repentinamente acabar con nuestra relación. Y se ha muerto.
No sé si se trata de una ruptura definitiva o si podré arreglarlo de algún modo. No sé si conseguiré aquí los accesorios para camelármela de nuevo o tendré que esperar a que venga alguien con una batería nueva. Ahora mismo me siento como el hombre de la gabardina esperando por su transistor... ¡Necesito mi cámara! Aunque no fuera nada del otro mundo, ¡la quería tanto!

No hay comentarios:

Publicar un comentario